Después de transcurridos 68 años desde aquel octubre de 1948 en que llegamos los primeros colonizadores, quiero dejar constancia de cómo eran las tierras y las fincas donde se construyeron los pueblos de Valdelacalzada y Guadiana del Caudillo. Sin lugar a duda alguna, las tierras del término de Valdelacalzada fueron premiadas por la madre naturaleza como más sanas de encharcamiento y por tanto más productivas para las cosechas.
A mi humilde opinión en parte se debe que Valdelacalzada desde siempre la cruzaban tres arroyos cubiertos de juncos y plantas propias de estos cauces hoy desagües bien canalizados. Son los siguientes el primero un correntón o brazo del rio Guadiana que con grandes crecidas se salía del cauce y pasaba no muy lejos del Pueblo otro el arrollo Cabrillas que pasando por Puebla discurría muy próximo a Valdelacalzada hoy encauzado por debajo de la Cooperativa que desemboca en el anterior brazo citado. El tercer Arrollo es Valdelobos que nace en Montijo y también pasa cerca del pueblo desembocando también en el anterior correntón cruzando la calzada romana junto al cortijo de la finca La rueda.
No tengo ninguna constancia de que el término municipal de Guadiana del Caudillo lo cruzase ningún arrollo o regato. Así, en épocas de lluvias, las aguas dejaban todo inundado y resultaba imposible hacer las labores en las parcelas, algunos años hasta el mes de Mayo. De este modo, siempre llegaba el invierno y las cosechas de algodón y maíz no se habían recolectado. Gracias a la red muy importante de desagües que se hicieron en toda la zona, se pudo sanear el terreno y las cosechas fueron mejores. Valdelacalzada tuvo una pequeña zona llamada “La laguna negra”. Con los medios rudimentarios de la época para hacer las labores, la producción agrícola era muy escasa y el I.N.C. no perdonaba, tenía que cobrar lo que nos dio para pagarle en el periodo de tutela. Así, a cinco colonos les quitaron la parcela y les dieron casas de obrero y huerto.
Vamos a recordar un poco el paso de algunos pueblos de colonización. No son pueblos muy antiguos, ya que de media algunos tienen 68 años, pero sí debemos dejar constancia de estos datos para seguir haciendo camino.
En el periodo de la dictadura se construyeron en España 155 nuevos pueblos. De estos, 25 fueron en Badajoz y 16 en Cáceres. El primero fue Valdelacalzada (1948) y lo último la ampliación de riego por aspersión fue en Guadiana del Caudillo, en 1975, con 111 casas y parcelas.
De todos estos pueblos, el mayor Valdelacalzada hoy con 2.752 habitantes y 32 Km. de superficie. Le sigue Guadiana del Caudillo con 2.527 habitantes y 30.50 Km. de superficie; Pueblonuevo del Guadiana con 2.056 habitantes y 30.95 Km. de superficie. En las Vegas altas del Guadiana el mayor es Valdivia, con 1905 habitantes. He viajado por casi todas las comunidades de España y, como agricultor, he observado la fertilidad de las zonas por donde he pasado y no es fácil ver una extensión como las Vegas Bajas del plan Badajoz. De Mérida a Badajoz no hay ningún cerro o altozano que no se pueda regar. Solo tenemos que señalar unas 2 hectáreas en Valdelacalzada, donde está ubicado el cementerio, y 2 hectáreas aproximadamente en Guadiana, donde se hizo la charca de los pescadores, por quedar las acequias mas bajas que el terreno.
Mi opinión de que estos tres pueblos sean los mayores de todos es por la extensión de las fincas expropiadas, ya que eran muchas las hectáreas disponibles para a parcelar y dar un buen número de lotes a los agricultores. Por aquellos días ya muy lejanos, era mucha la necesidad y escasez de todo en todos los pueblos de Extremadura. Por eso, los primeros años de los colonos fueron muy duros para la subsistencia.
Vamos a seguir recordando lo duro de la década de los años 50. Debemos recordar la fuerte emigración de colonos cuando empezó la Revolución Industrial y la construcción en Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y otras capitales españolas. Fueron muchos los colonos que dejaron casa y parcela: de Valdelacalzada fueron 38; de Guadiana, con muchos más problemas para producir, emigraron 82 colonos, de tal modo que algunas calles quedaron casi desiertas. Algunos colonos, como salida a sus problemas para producir en Guadiana del Caudillo, plantaron arroz en busca de una nueva forma de ingresos. Esto duró varios años con buenos resultados, aunque con los medios que disponían los colonos, el secado del arroz, necesario para poder venderlo, era muy laborioso, sobre todo si el otoño venía temprano después de la recolección de la plantación.
Hasta finales de los años 60, que se hizo la red de desagües y caminos, no se sanearon las parcelas y después de esto las producciones aumentaron considerablemente. Recordemos que Valdelacalzada fue el pueblo piloto entre todos para recibir visitas de altos funcionarios nacionales y extranjeros, por sus ventajas antes citadas, y entre otras cosas la única fábrica de pienso compuesto se hizo en Valdelacalzada. Por aquella época, tenían que dar a conocer los logros que el régimen estaba consiguiendo.
Estos dos pueblos siempre han estado muy unidos por lazos de amistad, familiares y matrimoniales. Hoy, como otros muchos casos, uno de mis nietos tiene novia en Valdelacalzada y en el año 1975 fuimos 34 las familias que pasamos a vivir a Guadiana del Caudillo, cuando las casas estuvieron terminadas.
Tenemos que reconocer también que, desde los primeros años, ha existido rivalidad en temas cotidianos como deportes, festejos y otros. Hace unos años, había un grupo de “cachondones” en Valdelacalzada que decían que, para ellos, Guadiana del Caudillo era la barriada de la estación. Pero deben saber que hay barriadas en algunas capitales que están mejor equipadas de servicios municipales y particulares que las propias capitales de origen. No sé si este sería nuestro caso. A mí, con mi experiencia de los años y el conocimiento de la zona y por mi profesión, me ha tocado pasar y ver varias épocas y etapas laborales e industriales en la zona. Mi opinión es que todos debemos ser humildes y prudentes. Quizás por la época de la ampliación y expansión de Cabal, si no se hubiesen echado al vuelo las campanas tan altas es posible que el fraude se pudiera haber detectado sin llegar tan lejos. Pero un grupo de socios (no todos) se creyeron Dioses y, por eso, yo recomiendo ser prudentes en algunas decisiones.
He vivido 27 años en Valdelacalzada y 41 en Guadiana del Caudillo. Quiero dejar constancia de algunos datos que supongo que, pasado el tiempo, podrán ser historia. Agradecería que, si algún lector dispone de datos más reales, me rectifique para el bien de todos. Cada día que pasa vamos siendo menos, por la edad, de aquellos primeros que podemos aportar algunos datos para saber de dónde venimos y a dónde queremos llegar.
Pepe Pinto, cantaor de flamenco, decía: «Tengo mi corazón entre dos amores repartío, cuando uno viene llorando es porque el otro lo ha ofendió». En Valdelacalzada hoy tengo hermanos, primos, familia y, cómo no, el cariño de muchos vecinos. También en el cementerio a mis padres y seres muy queridos. En Guadiana del Caudillo está mi verdadera familia, hijos y nietos, también mis suegros en este cementerio y, cómo no, 41 años empadronados en este Ayuntamiento y, como es natural, buenos amigos y vecinos.
En este relato he intentado exponer lo más objetivo posible para que nadie se pueda sentir ofendido.
29 de diciembre de 2016
Juan Domínguez Núñez
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