1.1 HEMOS VISTO NACER UN PUEBLO
Nombres de los cuarenta colonos, esposas y número de hijos, varones y hembras, que en aquellos días del mes de octubre sumábamos un total de 220 vecinos:
Nombres de los cuarenta colonos, esposas y número de hijos, varones y hembras, que en aquellos días del mes de octubre sumábamos un total de 220 vecinos:
FUENTE DE CANTOS (10 colonos, 10 esposas, 35 hijos y 17 hijas)
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COLONO
|
ESPOSA
|
HIJOS
|
HIJAS
|
José Rubio
Ibarra
|
Francisca
|
4
|
0
|
Francisco
García Viña
|
Josefa
|
4
|
2
|
José
González Moreno
|
Josefa
|
6
|
0
|
Abrahán
Molina Álvarez
|
Francisca
|
2
|
2
|
Juan Gil
Cid
|
Isabel
|
3
|
1
|
Fidel
Rosario Parra
|
Maximina
|
3
|
2
|
Antonio
María García Núñez
|
Rocío
|
5
|
5
|
Antonio
García Díez
|
Francisca
|
2
|
2
|
Bernardo
González Macarro
|
Carmen
|
3
|
3
|
Cayetano
Yerga Cid
|
Carmen
|
3
|
0
|
HORNACHOS (12 colonos, 11 esposas, 22 hijos y 16 hijas)
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COLONO
|
ESPOSA
|
HIJOS
|
HIJAS
|
Casimiro
Corvo Flores
|
María
|
2
|
1
|
José Tena
Pavón
|
Teresa
|
4
|
1
|
José Reyes
Oliva
|
Juana
|
3
|
1
|
Luis
Corcovado González
|
Petra
|
1
|
3
|
Juan José
Reyes Martínez
|
Antonia
|
0
|
1
|
Pedro
Valencia Peña
|
Remedios
|
2
|
1
|
Juan González
Bala
|
Inés
|
4
|
2
|
Pedro
González Acedo
|
Manuela
|
0
|
0
|
José Teno
Reyes
|
Ana
|
2
|
2
|
Modesto Calero
Iglesias
|
Carmen
|
1
|
1
|
Francisco
|
-
|
-
|
-
|
Alonso
Martínez Sánchez
|
Ana
|
3
|
3
|
BURGUILLOS DEL CERRO (8 colonos, 8 esposas, 12 hijos y 6
hijas)
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COLONO
|
ESPOSA
|
HIJOS
|
HIJAS
|
Juan Aradilla
Rocha
|
Luisa
|
2
|
0
|
Felipe
Matamoros Hermoso
|
María
|
0
|
0
|
Fernando
Cepeda Fernández
|
Dolores
|
3
|
0
|
Antolín
Rodríguez Barrientos
|
Luisa
|
0
|
2
|
Justo
Romero Espejo
|
María
|
2
|
1
|
José
Requejo Tarbanos
|
Trinidad
|
2
|
1
|
Antonio
Martín Gómez
|
Juana
|
0
|
0
|
Juan
Antonio Cumplido Hernández
|
Carmen
|
3
|
2
|
CASTUERA (10 colonos, 10 esposas, 22 hijos y 10 hijas)
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COLONO
|
ESPOSA
|
HIJOS
|
HIJAS
|
Inocente Domínguez
Ruiz
|
Carmen
|
2
|
1
|
Antonio
Martín Tena
|
María
|
4
|
3
|
Pedro
Cabanillas Gallardo
|
Antonia
|
3
|
0
|
Tomás
Cidoncha Fernández
|
Magdalena
|
2
|
0
|
Manuel
Domínguez Ruíz
|
Aurora
|
3
|
1
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Atanasio
Cabanilla Gallardo
|
Cándida
|
0
|
2
|
Rafael
Cáceres Murillo
|
Cándida
|
2
|
1
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Fernando
Morillo Manzano
|
Manuela
|
2
|
0
|
Manuel
González Sánchez
|
Nicasia
|
2
|
0
|
Juan
Miguel López Murillo
|
Amelia
|
2
|
2
|
Entre todos padres e hijos empezamos el pueblo de Valdelacalzada con 220 habitantes. ¡Qué vista panorámica debieron observar al salir del barracón aquellos dos primeros colonos la mañana del día 12 de octubre de 1948! No daban crédito a lo que veían sus ojos en aquel amanecer, contemplando aquella llanura que parecía una estampa de la pampa argentina.
Estos dos colonos eran José Teno y Casimiro Corvo; venían de Hornachos y allí el terreno era más abrupto. Todavía quedaban albañiles terminando los barracones y el pueblo no se había empezado a construir. Ese día empezaba una tarea muy dura y penosa, de escasez, necesidades y carencias de todo tipo y mucha hambre.
Para los hijos en edad escolar, hasta pasar dos años no vinieron los primeros maestros y los padres tenían que enseñar como podían o sabían.
Una vez instalados, los colonos fueron recibiendo aperos y utensilios para la explotación de la parcela por el guarda de turno. Creo entender que el nombre de Valdelacalzada en latín significa “cerca” y como los barracones se construyeron a dos metros de la calzada romana de ahí el nombre del pueblo.
1.2 RECUERDOS DE AQUELLOS PRIMEROS AÑOS (1948-1949)
La primera fase de viviendas las hizo Regiones Devastadas, empresa del estado que tenía cuatro o cinco camiones para acarrear arena y grava del río. Por aquella época el río estaba muy poblado de un arbusto llamado atarfe y fue la forma de calentarnos y tener leña para las cocinas, pues por aquellos días no teníamos ni gas butano ni electricidad. Aquellos buenos camioneros nos permitían traer en los camiones desde el río hasta los barracones la leña. Después, teniendo las vacas y las carretas, sobre los años 1950 y 1951, íbamos a por leña de encina a una finca donde hoy está construido el pueblo de Alcazaba y el canal de Montijo. Desde Valdelacalzada, pasando por el paso a nivel que había donde hoy está construido el puente de Guadiana del Caudillo, tardábamos dos horas en llegar con las vacas.
Referente a lo que explica el libro de “Valdelacalzada” sobre las Colonias penitenciarias de Montijo, tengo que decir que en el año 1957 hice el servicio militar en zapadores ferroviarios y estuve de asistente con un teniente con el cual tuve siempre una relación muy cordial, y en el año 1959 este señor vino a Villanueva de la Serena a traer unos planos de obras y estuvo en Vadelacalzada en casa unos días. Así que por esa fecha todavía existían dichas Colonias, aunque ya eran mejor tratados y cobraban algo de jornal.
Estos dos colonos eran José Teno y Casimiro Corvo; venían de Hornachos y allí el terreno era más abrupto. Todavía quedaban albañiles terminando los barracones y el pueblo no se había empezado a construir. Ese día empezaba una tarea muy dura y penosa, de escasez, necesidades y carencias de todo tipo y mucha hambre.
Para los hijos en edad escolar, hasta pasar dos años no vinieron los primeros maestros y los padres tenían que enseñar como podían o sabían.
Una vez instalados, los colonos fueron recibiendo aperos y utensilios para la explotación de la parcela por el guarda de turno. Creo entender que el nombre de Valdelacalzada en latín significa “cerca” y como los barracones se construyeron a dos metros de la calzada romana de ahí el nombre del pueblo.
1.2 RECUERDOS DE AQUELLOS PRIMEROS AÑOS (1948-1949)
La yunta de vacas que le tocó a mi padre, llamadas Fogón y Chimenea, famosas por lo bravas que eran. Detrás, puede verse el barracón.
Referente a lo que explica el libro de “Valdelacalzada” sobre las Colonias penitenciarias de Montijo, tengo que decir que en el año 1957 hice el servicio militar en zapadores ferroviarios y estuve de asistente con un teniente con el cual tuve siempre una relación muy cordial, y en el año 1959 este señor vino a Villanueva de la Serena a traer unos planos de obras y estuvo en Vadelacalzada en casa unos días. Así que por esa fecha todavía existían dichas Colonias, aunque ya eran mejor tratados y cobraban algo de jornal.
En esta foto, desde la izquierda: Juan Domínguez, Diego y Luis Domínguez Núñez con las primeras mulas traídas de Castuera, dos de mi padre y una de mi tío Manuel. A la izquierda de la foto pueden verse unos raíles de vagonetas que pertenecían a Colonias Penitenciarias y, con ellas, tiradas por mulas, traían la arena desde el río para la construcción del canal de Montijo.
En los dos primeros años se pasaron muchas necesidades hasta coger la primera cosecha en 1949, pues ya con la cosecha a la vista, al final de la primavera iban los colonos a Puebla y Montijo y los compradores de cereales les adelantaban algún dinero aunque a buen interés. Por aquellos años no podían ir a los bancos, pues no tenían crédito suficiente.
En los años 1948 y 1949 la parcela era de 9 hectáreas y en el 1950 y 1951 la parcela tenía 15 hectáreas. Este año ya fueron las cosas un poco mejor, pues sembramos patatas y más cosas para el consumo de la casa.
Hoy, después de transcurridos 63 años, tengo en mi mente como si fuera una foto fija aquella panorámica que era mirar desde los barracones en dirección norte y ver aquella inmensa llanura. Por aquellos primeros meses no había ningún árbol, acequia, desagüe, canal ni ningún camino trazado, solo sobresalían los árboles del cortijo El Condado y el cortijo Bonito de la finca la Vara. Por aquella época, desde los barracones podías ver pasar el tren por donde años después se erigiría Guadiana del Caudillo. Por este punto es por donde la vega tiene más anchura, aproximadamente 8 o 9 kilómetros, y 65 de Mérida a Badajoz.
En octubre y noviembre de 1948, aquellas primeras 40 parcelas las dio labradas el INC, y no para sembrarlas, pues todavía no teníamos las yuntas de vacas. Y, aunque hubo 5 o 6 colonos, entre los 40, que traían yunta de mulas o burros, las sembró él y no el colono, repartió la simiente.
La segunda parcela de 15 hectáreas ya la labramos con las yuntas de vacas en los años 1949 y 1950, con unos aperos que eran vertederas giratorias, carretas y grada canadiense, un apero con nueve brazos y una palanca para dar más o menos profundidad a la labor.
Voy a referir un caso gracioso que sucedió entre dos colonos: le dice uno a otro «Me ha dicho el capataz que nos van a dar canadiense». El otro dice «Oye, yo no sabía que también nos daban ropa». Esta era como un abrigo o gabardina que estaban de moda por aquella época.
Siguiendo con las parcelas, hay que decir en el año 1951 el INC nos sembró las 40 primeras parcelas de altramuces con los tractores “caterpillar” para después enterrarlos y así incorporar a la tierra materia orgánica, pues algunas parcelas estaban muy desoladas y era tierra muy arcillosa. Dieron mucho trabajo para entrarlas en producción con aquellos rudimentarios aperos de la época, pues hubo que trabajar duro para sacar cosecha.
Todavía no he hecho mención de reconocimiento a aquellas 40 heroínas, esposas de aquellos primeros colonos, que tuvieron que luchar por una dura tarea de supervivencia con escasez de todos los artículos alimenticios y de todo tipo, teniendo que desplazarse a Puebla o Montijo para poder comprar aquello que la economía les permitía y así poner en la mesa lo que buenamente podían.
Colonos con el lote que les entregaba Colonización.
1.3 LA CONVIVENCIA EN LOS PRIMEROS AÑOS
La foto es un poco posterior a los años de los que estamos hablando. Puede ser de 1955 o 1956.
En aquellos primeros meses, aunque todos los colonos venían en malas condiciones, hay que decir que un grupo, 8 o 10, traían un poco de más desahogo. Cinco o seis traían yunta de mulas o burros y otros la maquilera, que voy a aclarar para los jóvenes y generaciones venideras qué era. El agricultor que cosechaba trigo lo entregaba en el Servicio Nacional del Trigo y durante el año lo iba retirando de las fábricas harineras para su consumo. Hay que decir que en muchos pueblos los agricultores hacían el pan en sus casas y disponían de hornos.
Volviendo a las condiciones en que venían los colonos, entre ellos había un grupo de entre 6 y 8 que traían dicha maquilera, pues habían tenido trigo en la cosecha de 1948. Lo entregaron en el Servicio Nacional del Trigo y lo iban retirando en la fábrica de Puebla de la Calzada de Sánchez Conejo. Hay que recordar que los envases que contenían dicha harina pesaban 100 kilos.
En cuanto a la convivencia, hay que recordar que fue de lo más cordial, humana y socialmente, y de colaboración. Entre todos los vecinos, pudiera ser por la igualdad económica y social que traíamos todos, ninguno miraba al otro por encima del hombro y siempre se estaba dispuesto a ayudar unos a otros en lo que hiciera falta. Cuando el pueblo estuvo cubierto ya cambió el comportamiento y más con la llegada de la democracia y la política.
Si la memoria no me falla, recordemos la forma de divertirse de los jóvenes por aquella época: solían reunirse en tres barracones diferentes, cada día en uno de ellos, casi siempre donde había más mujeres. Estos eran el de la señora Rocío de Paleto, el de la señora María (la Lagarta) y el de Bernardo González (Mollete).
El acompañamiento musical de los jóvenes en estos ratos de ocio eran las palmas y algún instrumento de cocina, hasta que meses después empezó a venir el “Tío Rin-Ran” con el acordeón y ya lo pasábamos mejor.
Así fuimos pasando el tiempo hasta que disfrutamos de un gran acontecimiento: la llegada de la luz eléctrica a través de aquel vetusto grupo electrógeno que tanto trabajo nos costaba poner en marcha, a 6 u 8 hombres, todos los días hasta las doce de la noche. Si había algún enfermo grave o alguna señora de parto seguía toda la noche. Hasta que por fin llegó la empresa Sevillana de electricidad. Un recuerdo triste relacionado con la llegada de los progresos a Valdelacalzada es el que voy a contar a continuación. Cuando se abrieron las zanjas para la entrada de las aguas corrientes y servicios, fue un invierno de muchas lluvias y justo en la puerta del ayuntamiento pasa una zanja muy honda. Se hundió y esto provocó el fallecimiento de uno de los tres obreros que trabajan allí. El fallecido era de Olivenza, hijo de Canaleja, que vivió en la Ronda Norte.
Juan Domínguez, diciembre de 2011.
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